Amados, hemos vivido días difíciles, donde las "cosas terrenales" han llenado los corazones de quehaceres y ocupaciones, impidiéndonos de hacer lo mejor para Dios. Reconozco, que "congregar" no es una obligación, sin embargo, los exhorto, enseñándoos que "congregar" es una necesidad. Lleguémonos con corazón verdadero, y con fe llena, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua limpia. Retengamos firme la profesión de nuestra esperanza, que fiel es el que prometió. Y considerémonos los unos a los otros para provocarnos a la caridad, y a las buenas obras; no dejando nuestra congregación, como algunos tienen por costumbre, mas exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca. Hebreos 10.22-25.
Por Elder Dayvid Morais (Misionero en Guayaquil, Ecuador).